miércoles, 4 de abril de 2012

Andalucía

Alberto Garzón Espinosa es un diputado de Izquierda Unida, un político muy locuaz y un economista que plantea ideas muy interesantes para abordar la actual crísis desde una perspectiva radicalmente diferente a la imperante hoy en día en los Gobiernos tanto en nuestro país, como en la Unión Europea. Recomiendo fervientemente su libro escrito con Vicenç Navarro y Juan Torres López: "Hay Alternativas". En él se desarrollan, de una manera muy didáctica, escritas casi para cualquier público mayor de 13 años, ideas y argumentos muy alejados de los planteados por los Gobiernos desde sus medios de comunicación, y otros afines, que defienden el recorte de prestaciones sociales para acabar con el desempleo y fundar una administración sostenible. Sin duda, este libro despliega muy bien un sin fin de planteamientos que llevan a pensar que el actual rumbo que están tomando nuestros países no es el adecuado. Garzón Espinosa es un pensador ingenioso y ejemplar. Hoy he leido una entrada en su blog: "¿Qué hacer en Andalucía?", donde realiza una reflexión muy interesante sobre el papel que debe ejercer Izquierda Unida en el desarrollo de políticas de gobierno de izquierdas necesarias y urgentes que acaben con la corrupción y las políticas económicas liberales e irresponsables llevadas a cabo durante 30 años de gobierno socialista, y que ayuden a incentivar la implicación social de la Administración Pública, más que a recortarla. IU ha de detener la avalancha conservadora y reaccionaria para incentivar el Estado de Bienestar. Sin embargo, plantea que IU debería permitir un gobierno en minoría del PSOE. Tal vez haya miedo a involucrarse en el Gobierno por desvincularse de la calle y los problemas cotidianos e importantes. Quizás se busque liderar el descontento social con el sistema político actual, manteniéndose en las fronteras de este. En cualquiera de los casos, la estrategia más honesta no parece que sea la que se centra en digámosle la estética de la política, aquella que pretende presentarse como la opción digna, sino la que se dedica a dignificar la política haciéndola responsable de los problemas de la gente, efectiva y justa en la solución de los mismos. Comparto una breve respuesta que le he hecho:

"La base de unas políticas que se destinen a no solo mantener sino mejorar las prestaciones y el incentivo social de la Administración Pública andaluza se sustentan en una reforma profunda de su actual status quo ejecutivo y legislativo, como bien argumentas en el texto. Sin duda, lo más fácil para el PSOE es gobernar en minoría, ya que es posible dejarse llevar por la ola neoclásica de las reformas en lo económico, incentivadas por el Gobierno central y dictadas en Berlín, acordando el reparto del pastel con el PP. Mientras, podrían seguir ejerciendo sus típicas pseudo políticas sociales de propaganda, a cambio de algunos apoyos de IU. El juego del poder es muy perverso cuando no se ejerce con impoluta responsabilidad. Tal vez, la opción más honesta, comprometida, seria y responsable sería pactar con el PSOE (un partido, recordemos, muy debilitado ahora en sus concepciones económicas más neoclásicas, al menos en sus bases) un programa de gobierno sustentado sobre una guía de ruta que plantee y ejecute las reformas necesarias para demostrar que “hay alternativas”. Si no somos capaces de hacer esto, ¿no nos estaríamos demostrando que la gente de izquierda está derrotada? ¿Debemos, o no debemos estar a la altura de las circunstancias que se nos presentan?"

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